Esta es una pregunta que debería ser central hoy:
“¿A qué sirve el dinero?”
De hecho, si este último trae ventajas concretas, también tiene la otra cara de su moneda…

En primer lugar, cuando uno se pregunta para qué sirve el dinero, rápidamente se da cuenta de una cosa. Es evidente que no puede considerarse como un simple medio. De hecho, es el propósito mismo de todas las empresas y de muchas personas : ganar dinero.

Así, el dinero es el medio de acceso a todo. De hecho, para todo ser humano, es un elemento vital. Como resultado, no es una herramienta simple que sería de naturaleza “neutral”. ⁽¹⁾.

Además, supera por su mera existencia a cualquier otro elemento, incluso a la vida. De hecho, es un requisito previo necesario para lo que hace posible vivir (comprar comida, vivienda, etc.).

Para empezar, la calidad de vida de todos es proporcional a la cantidad de dinero acumulado. Tanto es así que tiene el efecto de alentar y premiar el individualismo.

Además, según varios estudios experimentales, el dinero disminuye el altruismo, los valores éticos y el contacto social.

Más aún, para los investigadores, el dinero tendría el efecto de centrar al individuo en sí mismo. Y por lo tanto hacerlo más individualista, reduciendo así su conducta de ayudar a los demás. ⁽²⁾.

Sobre todo porque el dinero circula como vasos comunicantes: es necesario, para ganar dinero, que otros lo pierdan. En otras palabras, aumentar la calidad de vida de uno reduce la de los demás.

El dinero permite invertir y, por lo tanto, ganar aún más dinero. Por otro lado, cuanto menos dinero tenga, menos podrá ganar. ⁽³⁾.

Primero, para ser sostenible, cualquier sistema monetario implica un alto nivel de actividad humana. Además, de forma permanente (para generar puestos de trabajo, salarios, supervivencia frente a la competencia, etc.). Sin mencionar que requiere un desperdicio imprudente de nuestros recursos, induce una contaminación masiva y una multiplicación de desechos. Finalmente, conduce a una organización peligrosa e inadaptada. ⁽⁴⁾.

Además, el dinero es un motor del individualismo y de competencia generalizada. ⁽⁵⁾. Por otra parte, es un elemento de profundo desequilibrio social, un medio de corrupción, un arma de dominación. Finalmente, tiene este poder para controlarnos más o menos. ⁽⁶⁾.

Como resultado, hoy el sistema monetario está mostrando sus límites, lo que imposibilita cambios importantes sin “desestabilizar las finanzas”. ⁽⁷⁾.

Sentimos que el dinero es una herramienta que solo necesita ser bien manejada.

Sin embargo, el dinero, una herramienta utilizada por el sistema de intercambio (el sistema mercantil) da forma a la sociedad, independientemente de cómo lo usemos. De hecho, impone sus propias leyes y sus propios fundamentos.

En primer lugar, es imposible vivir sin él. En segundo lugar, la sociedad solo prospera si obtiene ganancias sostenidas, en detrimento de nuestro medio ambiente. Finalmente, enfrenta a todas las empresas y naciones entre sí en una guerra comercial permanente.

Sin embargo, la mayoría de las derivas que conocemos no existirían sin él.

Pero, ¿de qué desviaciones estamos hablando?

Para empezar, el dinero existe desde hace más de 2700 años. ⁽⁸⁾. Así, muchos mecanismos de pensamiento están asociados con el dinero que ha dado forma a nuestro desarrollo económico, social, cultural e intelectual. Por lo tanto, naturalmente interfiere en nuestra toma de decisiones.
Pero cuando nos hacemos la pregunta “Hoy, ¿para qué sirve el dinero?”, ¿qué observamos en el mundo?

Cuando nos preguntamos para qué sirve el dinero en el mundo, vemos que este último está atravesando una serie de crisis. De hecho, la lista es larga: crisis de los recursos naturales ⁽⁹⁾, crisis ambiental ⁽¹⁰⁾, crisis económica, crisis financiera ⁽¹¹⁾, crisis social, crisis sanitaria ⁽¹²⁾. Además, en un contexto de crecientes disparidades ⁽¹³⁾.

A la pregunta “¿Para qué sirve el dinero?”, la respuesta es clara.

Sobre todo porque los resultados proporcionados por los numerosos datos disponibles hablan por sí mismos.

El uso del dinero (de una forma u otra) como medio de intercambio es perjudicial para el planeta y sus habitantes.

Siendo su uso central, a menudo nos impide imaginar un mundo donde no existiría. ⁽¹⁴⁾. Sin embargo, si su desaparición puede parecer inconcebible al abordar el tema, técnicamente no lo es a día de hoy.

En efecto, el dinero es una convención que debe ser cuestionada ante las “derivas” que genera su uso.

Además, no hay necesidad de tener dinero para cultivar, construir, reparar, curar o enseñar. Del mismo modo, no hay necesidad de dinero para encontrar una organización justa, sensata y eficiente.

Las ventajas de vivir en una sociedad basada en el compartir son númerosas (A descubrir en el Gran Proyecto)!

En conclusión, hoy los progresos tecnológicos de la humanidad hacen posible liberarse de ellos. Como resultado, depende de nosotros cambiar, recuperar el control de nuestro futuro.